Muchas peliculas, series y libros, hablan sobre el sentido de la vida. El propósito para el cual hemos venido a la tierra y seguramente algunas veces te has preguntado, ¿para qué estoy aquí? o ¿no sé porque me trajeron si yo no pedí venir? Pues dejame decirte que tu estas aquí porque si pediste venir, es más, tú escogiste estar aquí. Escogiste los padres con los que querías nacer, escogiste a tus hermanos, escogiste el país, la ciudad, incluso hasta el colegio donde querías estar.

Esto puede sonar un poco loco, pero existe la frase de Pierre Teilhard de Chardin, que dice: 

“No somos seres humanos teniendo experiencias espirituales, somos seres espirituales teniendo experiencias humanas.” 

De ser verdad, entonces hay una inteligencia mucho más grande de la que te imaginas dentro de ti y por ende, todo lo que has pedido se te ha dado. Que no lo recuerdes es otra cosa, sin embargo, el único responsable de haber escogido estar aquí eres tu. 

Esto complica un poco las cosas, porque entonces algunos dirán, “debieron avisarme para escoger otro tipo de padres” y hasta desearías haber podido escoger otros hermanos u otra ciudad más bonita y, en este caso, debes tomar en cuenta que escogiste lo que justo tu alma necesitaba para poder evolucionar y depende de ti si lo haces ahora o después. Cuando llegamos acá a la vida no solo entramos a un sistema familiar que tiene ciertos tipos de creencias o ciertas tradiciones, seleccionamos esta familia porque nos puede proveer de las experiencias que necesitamos para poder elevar nuestra consciencia.

Hay quienes descubren esto y otros que ni se dan por enterados, por ende, cuando llegamos acá, somos seres infinitos llenos de posibilidades y cuyo inconsciente (que está conectado a todo) adopta las creencias, paradigmas y hábitos de todo ese clan familiar al que escogiste venir. Por ejemplo, si escogiste una familia que tiene muchos problemas con el alcohol, no es para que te vuelvas alcohólico, sino para que puedas trascender esa situación y liberar a las siguientes generaciones de esa adicción. Lo mismo sucede si en tu familia hay muertes repentinas, o las mujeres no pueden quedarse embarazadas, en fin, existen un sin número de situaciones que pueden existir en una familia y es tu deber descubrir lo que se debe sanar para dejar de repetir los mismos patrones. Por eso, cada persona que llega a este plano, tiene una responsabilidad enorme al haber escogido venir.  

De la misma manera funciona cuando nos sentimos perdidos y sintiendo que no sabemos cuál es nuestro lugar en esta vida. Créeme que no hubieras escogido venir acá, si no habría un sentido para ti. 

Sin embargo, estos pensamiento se dan cuando no estás ocupando tu lugar en el círculo de la vida, como lo dicen en la película de El Rey León.

Todos venimos a ocupar un lugar y cuando nos movemos de ese lugar, nos quedamos perdidos. Una mariposa no viene a cumplir el papel de un oso, una hormiga no viene a cumplir el papel de una abeja. Cada quien está donde debe estar y cumple el papel que debe cumplir. Lo mismo funciona en la familia, cuando soy el menor de los hermanos pero me creo el mayor, o cuando soy el mayor de los hermanos pero me creo el papá de todos, entonces se da un desorden abrumador donde nos quedamos sin piso ni sentido.

Algo que sucede muy a menudo también, es cuando de pequeños vivimos acontecimientos traumáticos en nuestras vidas como por ejemplo, perder a tus padres siendo muy pequeño o haber sido adoptado y no saber quienes son tus verdaderos padres. Estos episodios traumáticos siempre nos dejan una huella en nuestro corazon, por mas de que no hayamos tenido consciencia suficiente para acordarnos; y esto no tiene nada que ver, porque el inconsciente sabe exactamente lo que sucedió y, como hemos hablado en otras ocasiones, el inconsciente siempre es un eterno presente, resulta que creciste sin haber resuelto los episodios traumáticos en la vida y entonces te encuentras perdido en la vida.

Cuando esto sucede siempre debemos regresar a papá y a mamá. Si bien tu fuiste quien los escogió, ellos tomaron la decisión de dejarte llegar o de interrumpir ese proceso. Sin embargo, cuando escogen dejarte llegar, ellos a su vez están batallando con sus propias historias y su propios traumas no resueltos. Y cuando llegamos y nos damos cuenta que no han sido lo que esperábamos, entonces nos desilusionamos. 

Crecemos de manera distante hacia nuestros padres, cerramos el corazón y queremos comprender todo con la cabeza o lo que normalmente sucede, tomamos partido por uno de los dos.

Todo esto nos divide y separa de nuestra propia esencia, porque gracias a papá y mamá pude llegar a la vida, independientemente de si fueron las personas que yo esperaba para mi. Ellos dejaron que yo llegue y con eso ya me dieron el mejor regalo de todos. 

El sentido de la vida solo se puede dar por el sentir y el sentir no está conectado a la cabeza, está conectado al corazón, el corazón que es de mamá. Cuando desconecto mi sentir del corazón entonces estoy perdido, no encuentro mi propósito, es como si hiciera las cosas en automático, porque el aire es gratis. 

Y esto no quiere decir que la cabeza no sea importante, la cabeza siempre está conectada a papá, por eso muchas veces perdemos la cabeza. El que sabe el sentido de la vida, siempre va a ser el corazón, porque es quien sabe las respuestas. Por algo la naturaleza en su inmensa sabiduría nos lo enseña al dejarnos comprender que el primer órgano que se desarrolla en la barriga de tu mamá es el corazón. Mucho antes de que seas un feto, mucho antes que cualquier otro órgano, el corazón es el que está conectado a la vida y la vida está conectada a mamá. 

Por eso, cuando sientas que no tienes un propósito o un sentido claro en tu vida, es porque probablemente hay algo que no has podido trabajar, quizás cerraste tu corazón por algo traumático que pasó y desde ese entonces no se pudo abrir más. Pregúntate si eso tiene algo que ver con mi mamá y quizás encuentres muchas respuestas. Recuerdo unas palabras fuertes pero muy directas de una maestra, la Madre Shaktiananda que dijo, “Aquel que no puede regresar a ver a su madre, entonces no merece la vida.”
 

Luis Miguel Ponce