La Sombra

Jun 21, 2021

Todos tenemos una parte oscura que queremos ocultar, a esta parte se le conoce como “sombra”. Es un lugar que no vemos, que ignoramos pero está allí, y cuando al fin volteamos a verlo, nos damos cuenta que es muy tenebroso.

La sombra fue conversada en su época por el psicólogo suizo Carl Gustav Jung, quien a través de sus experiencias pudo concluir  que todos poseemos programas inconscientes y vivimos de una manera que es socialmente aceptada, y que por nada del mundo queremos salirnos de las reglas. Esto nos lleva a analizar este tema con mucha profundidad, porque es aquí donde vas a tener tu más grande despertar. No puedes llegar a conocerte de verdad, a menos de que vayas al fondo de tu psique, de tu personalidad y descubras lo que realmente tiene para mostrarte; esto tiene mucho sentido porque entrar en consciencia no es un camino de rosas y flores como la gente se imagina, más bien es un camino empantanado, sucio y con muy mal olor.

Nos han enseñado que la sombra es algo que no se muestra jamás. Por ejemplo, un aspecto de la sombra a nivel social del cual nadie quiere hablar y a la vez muchos aborrecen, es el tema de la pedofilia. Se que es un tema muy fuerte, sin embargo, mientras lo sigamos aborreciendo y mientras lo sigamos tapando, entonces seguirá sucediendo. Este es un ejemplo de una sombra social reprimida al máximo nivel y que sin tener idea cómo manejarla, tarde o temprano termina saliendo. Esto va a sonar extraño, pero todos tenemos un asesino en nosotros, un pedófilo, un violador, que si, son acciones penalizadas, o un quebrantador de sueños, un pesimista, un derrotador, un vago, y demás “defectos” mal vistos por la sociedad, porque la sombra no solo se forma de las experiencias que hemos tenido, sino también de las memorias de nuestros ancestros, de secretos no dichos, de temas nunca hablados.

Un caso frecuente, es que si alguien se suicida en la familia, prefieren no mencionarlo por ser un tema doloroso y deciden llevárselo hasta la tumba. Pues ¿qué sucede?, que tarde o temprano alguien en la familia tendrá que cargar con esa sombra oculta y manifestarse para poder sanar o se puede repetir el mismo incidente hasta que alguien lo haga consciente y pueda liberarse por completo. Otra forma de manifestar la sombra, es cuando en una familia muy católica es prohibido hablar de sexo porque es pecado o porque todos deben por ley llegar vírgenes al matrimonio; puede ser que esta sombra se lleva cargando por tanto tiempo que tarde o temprano alguien lo saca en forma de adicción, como la ninfomanía, y entonces la familia se quebranta por completo.

Lo que quiero decir con esto, es que todos tenemos una sombra que cargamos independientemente de la vida que llevamos o del estatus social, de nuestras creencias religiosas o del lugar donde hayamos nacido. Hay gente que carga con una sombra más grande que otra, pero todos tenemos impregnados esta sombra que se puede manifestar de muchas formas, como cuando siento ira por algo o alguien, cuando tengo un pensamiento de querer matar o cuando el otro hace cosas que me molestan; todo esto es parte de mi sombra.

Cuando le dices a toda tu familia que vas a dejar de fumar, pero al siguiente día te despiertas y sin que nadie te vea haces lo que quieres a escondidas, ahí está la sombra. Cuando te averguenzas de algo que te sucedió o algo que hiciste y no lo quieres decir o expresar por miedo a que te rechacen, en todos estos aspectos está la sombra.

La sombra no se sana desplazándola, negándola o como se dice coloquialmente, “haciendome el loco.” La sombra se sana solo cuando puedes mirarla a los ojos e integrarla en ti; esto no te hace peor persona, te hace humano.

La gente que manifiesta su sombra, es aquella que no pudo integrarla y como una olla de presión, estalla porque no aguanta más. Es común ver esto en nuestras sociedades, porque preferimos quedarnos callados por miedo a que nos juzguen, a pesar de que esté yendo en contra de lo que sentimos. Por ende, somos una sociedad enmascarada que no se atreve a mostrarse como es, y esto enferma. Por supuesto, nadie nos ha enseñado que está bien mostrar nuestros dolores, nuestras heridas, nuestros miedos, nuestros enojos, nuestros resentimientos, porque pensamos que es malo tenerlos, el problema es que inevitablemente llega un punto donde la única salida es el alcohol, las drogas, las apuestas, el sexo o lo que sea para poder salir de “mi realidad” por un momento.      

Por eso este es un camino que requiere de mucho coraje, de mucha entrega y de mucha valentía, para poder ir a lo profundo de ti y destapar lo que está escondido. Carl Gustav Jung dijo, “No es posible despertar a la Consciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que parezca, para evitar enfrentarse con su propia alma. Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz sino haciendo Consciente su propia oscuridad.” No importa cuánto evadas, cuánto reprimas, cuánto esquives tu parte oscura, tarde o temprano termina saliendo de la forma menos esperada. Muchas veces lo hace a través de las personas o las circunstancias que llegan a tu vida, sean tus padres, tus parejas, tus amigos o incluso tus hijos, y a través de ellos se da la oportunidad para que puedas enfrentar e integrar tu sombra.


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