Todo en la vida lleva un orden mágico y un propósito trascendental, si te fijas en la naturaleza, cada animal, cada planta y cada ecosistema es perfectamente armónico, tiene un orden y un balance, cada quien ocupando el lugar que le pertenece y cumpliendo el papel que vino a emplear en esta tierra. Jamás veras un girasol queriendo ser una orquídea, o una hormiga queriendo cumplir el papel de una abeja.

Si esto es verdad para la naturaleza, entonces quiere decir que es exactamente igual para el cosmos, todo en el universo emplea el mismo papel, existe un orden celestial, cada estrella y cada planeta ocupa un lugar, cada galaxia y constelación está donde debe estar y cumple el propósito que debe cumplir.

A partir de esta verdad me pregunté, ¿si esto aplica para la naturaleza y el universo entero, será que aplica también para la esencia humana? ¿Será que cada uno de nosotros vino a ocupar un lugar específico y a cumplir un papel al que fue llamado? Cuando me pregunté esto, no pude hacer más que asombrarme porque me di cuenta que quizás todo el conflicto que el ser humano vive hoy en día, es por querer cumplir un papel que no le pertenece o por ocupar un espacio al cual no fue llamado a cumplir. Estamos completamente desordenados.

Cuando nos damos cuenta que TODO en la vida tiene un orden divino y por razones del EGO humano queremos alterarlo o modificarlo, no podremos evitar que el caos entre a nuestras vidas; el dolor y el sufrimiento serán inevitables!

Muchas veces he visto que en la familia por cualquier circunstancia consciente o inconsciente queremos ser alguien que no somos, por ejemplo, el hijo mayor quiere hacer el papel de padre con sus hermanos, o el hijo del medio quiere ser quien le da lecciones de vida al resto de su tribu familiar, o el hijo menor quiere pasar a jugar el papel del hijo mayor, y así existen un sin número de desórdenes que alteran el ecosistema familiar.

En fin, todos o casi todos, sin darnos cuenta comenzamos a ocupar un lugar y un papel que no nos pertenece, no nos damos cuenta que alteramos el orden divino y comenzamos a interrumpir el flujo energético de abundancia que la vida tiene para nosotros.

Peor aún, cuando queremos ocupar el lugar de los padres. Es impresionante lo que se puede llegar a crear cuando sucede esto, porque no importa si eres adoptado/a, o si tus padres te abandonaron o si tuviste los "peores" padres de este mundo, como ejemplo. Cuando no reconoces que ellos te dieron la vida y no te deben nada más y no honras sus vidas, entonces los conflictos son tan repetitivos que llegamos a creer que es normal vivir así, y por ende se convierten en hábitos adictivos.

La vida se te hace cuesta arriba, nada te sale bien, tus relaciones personales, de pareja, entre hermanos, son un desastre, porque el flujo de vida está totalmente cortado, interrumpido, es como si negaras tu propia existencia, imagínate lo difícil que le hacemos a la vida que trabaje para nosotros, es agotador. 

Solo cuando puedes HONRAR lo que te dieron, lo más sagrado que te pudieron dar, que es TU VIDA, entonces se puede sanar y así podrás ocupar el lugar que viniste a ocupar en este mundo, seas el primogénito, el hijo 'segundo o el quinto' no importa.

Lo importante es que todo vuelve a su orden divino, a su estado normal a su esencia principal y solo así podrás comenzar a descubrir que la vida es simple, comenzarás a fluir, a soltar y a disfrutar desde el espacio donde estés, encontraras personas que se relacionen mejor contigo. Podrás construir una vida más saludable y en armonía con todo lo que Eres y todo lo que te rodea. El conflicto desaparece y entonces podrás volver a Ser, para poder Trascender.

^{Luis Miguel Ponce}

^{Plenitud & Abundancia}